El bloque 1 "El
desarrollo de la identidad personal, familiar, social y cultural” se
estructura en tres partes.
La primera de
ellas, trata sobre la identidad personal que es un proceso que se empieza a
construir desde edades tempranas y que continúa hasta la adolescencia, en el
que cada vez vamos adquiriendo un mayor conocimiento de nosotros mismos. Aquellos
aspectos que son importantes en la identidad individual son el esquema corporal,
el descubrimiento de nuevas capacidades de movimiento y coordinación motora, la
toma de conciencia de sus posibilidades y limitaciones y también el nombre, el
sexo, el género, los sentimientos… También dentro de este apartado se indican las
diferencias que hay entre los términos sexo y género, refiriéndose el primero a
las diferencias entre macho y hembra en términos biológicos y refiriéndose el
segundo a la categoría construida social y culturalmente. El último apartado de
este punto es el autoconcepto que es la opinión que cada persona tiene de sí
misma siendo por tanto un factor importante en la personalidad y que está
relacionado con el aspecto físico, el sexo y otros rasgos personales.
El segundo
bloque corresponde con el desarrollo de la identidad familiar, social y
cultural. Se entiende como identidad social aquella capacidad de comportarnos
en función de las normas sociales establecidas por un grupo y está determinada
por la relación del niño con las personas de su entorno. Por tanto, la familia y
los maestros como principales agentes socializadores del niño desempeñan un
papel muy importante en la construcción de la identidad familiar. En cuanto a
la identidad cultural está relacionada con las costumbres, creencias,
tradiciones y lenguajes propios de un contexto geográfico sociocultural en el que
nace el niño. Por tanto, los diferentes aspectos que conforman esta identidad deben
ser considerados en la programación de unidades de aprendizaje y proyectos para
garantizar que el derecho del niño a su identidad cultural. Como el proceso de crecimiento
del niño se entiende correctamente sólo dentro de un ambiente relacional
adecuado, es necesario ofrecer al niño un clima de afecto, confianza y
seguridad en la escuela para que se implique positivamente en el aprendizaje y
desarrollo. Además, también hay que tener en cuenta que las normas, rutinas y
conflictos son tres factores importantes en este proceso de creación de la
identidad social y el desarrollo moral. Las normas y rutinas tienen como
principal fin crear un contexto en el que la convivencia sea posible y
gratificante y en el que el niño encuentre la seguridad que necesita. Los
conflictos ofrecen un potencial educativo que es necesario aprovechar ya que la
mayoría de ellos tiene sus consecuencias sociales.
La última parte
trata sobre el estrés infantil. El estrés es una reacción que produce el
organismo por situaciones que el niño no puede controlar y que alteran su
equilibrio y normalmente se desarrolla en ambientes rígidos y de alta
exigencia. Esto se produce porque nuestra cultura considera que el tiempo es una
parte importante de la productividad y por tanto nuestro modo de vida es estar
ocupados, hecho que se traslada también a la infancia.
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